Esta entrada está centrada en una lesión que aunque no es grave tiene unas consecuencias estéticas importantes. Es la denominada oreja del luchador, una deformación de la oreja que cada día se ve más en los judokas debido al continuo contacto de esta zona en la competición o en el entrenamiento de competición. También se da en otros deportes de contacto como el boxeo, el rugby o la lucha.
Se produce por continuos daños en las partes blandas y exteriores de la oreja, aunque también puede provocarlo una sola lesión. Se forman pequeños coágulos entre la piel y el cartílago que si no se tratan se endurecen y deforman la oreja.
La mejor forma de prevenir este daño es aplicar compresión con hielo lo antes posible y eliminar la sangre con una aguja para reducir el dolor y evitar la deformación permanente.
Durante la vida deportiva del judoka, la mejor forma de prevenirlo es mediante vendajes compresivos en las orejas ya que el uso de protectores no está permitido. Un vez terminada la vida de competición, se puede intervenir la deformación para corregirla.
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